El ejercicio físico durante el embarazo
El ejercicio físico durante el embarazo (moderado y supervisado) protegerá y mejorará tanto tu bienestar como el del bebé considerablemente. Nada como el ejercicio para estar en forma y mantener tu bienestar tanto físico como emocional. De hecho, los beneficios del ejercicio físico son tantos que los obstetras y ginecólogos le recomiendan a todas las mujeres que se establezcan una pequeña rutina, bajo supervisión.
Los médicos recomiendan que las mujeres que no hayan tenido complicaciones en el embarazo, intenten hacer de 20 a 30 minutos de actividad física moderada más de tres días a la semana.
A lo largo de los últimos veinte años se ha comprobado que el ejercicio físico ideal para la mujer embarazada es el cardiovascular; es decir, aquel que ejercite el corazón y la oxigenación, favorezca la flexibilidad, controle el aumento de peso y prepare al cuerpo para las demandas físicas del embarazo, el parto y el posparto.
El grupo de expertos ya ha confirmado en la revista internacional «British Journal of Sports Medicine» que el ejercicio físico moderado y supervisado durante el embarazo presenta una gran cantidad beneficios, tanto para la madre como para el bebé.
Así también lo afirman los primeros resultados del análisis realizado por un panel de expertos internacionales de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM). Entre los responsables de este estudio se encuentra el médico Rubén Barakat, quien defiende los efectos positivos de la influencia del ejercicio físico en las mujeres embarazadas que fueron parte de la muestra de estudio.
Beneficios del ejercicio físico durante el embarazo
El ejercicio físico supone un beneficio para la salud siempre y cuando no se realice en situaciones extremas.
Sin embargo, la relación entre ejercicio y embarazo continúa siendo objeto de nuevos estudios de investigación que buscan obtener cada vez más detalles e información valiosa al respecto. Lo cierto es que el ejercicio siempre trae sus beneficios. Lo más importante es realizar una rutina suave, monitoreada por un especialista y sobre todo, sin prisas.
Los resultados informan también de mejoras de tipo metabólico, cardiovascular e incluso de orden psíquico o emocional.
El ejercicio físico durante el embarazo realizado de forma moderada también ayuda a mejorar tu estado de ánimo, dormir mejor y disminuir los dolores y molestias típicas del embarazo. También te prepara para el parto, fortaleciendo los músculos y mejorando la resistencia, y hace que recuperes más rápidamente la forma después del nacimiento de tu pequeño.
La clave está en la moderación y supervisión
Los expertos también han alertado de ciertos riesgos potenciales ante situaciones típicas del alto rendimiento demandado durante el embarazo, como los esfuerzos máximos, la abundancia de tareas de impacto, y, especialmente, la excesiva temperatura corporal materna generada por el ejercicio de alta intensidad. Todos estos son aspectos que una madre no debería descuidar.
Si no existe ningún tipo de contraindicación en que hagas una rutina moderada de ejercicio puedes elegir entre varias disciplinas como la natación, el yoga, el pilates, o incluso simplemente caminar. Todas te ayudan a controlar tu respiración, a tonificar tus músculos y a prepararte para tener un parto más fácil, con menos complicaciones y molestias, ya que las condiciones físicas de la mujer no sólo son importante durante la etapa de gestación, sino también durante la labor de parto.
La fase de posparto también suele ser mucho más llevadera para las mujeres que tienen una buena condición física y de salud en general. Así que es importante que cuides de tu rutina de ejercicios para poder disfrutar de los beneficios que aporta y así brindarte un embarazo y un pos parte saludable, así como también una vida sana en estrecha relación con tu bebé.
Ejercicios recomendados
- Yoga.
- Jogging.
- Bicicleta.
- Natación.
- Pilates.
- Cardiovasculares.
Consulta con el médico antes de empezar cualquier programa de ejercicios, por muy moderado que sea. Cuando tengas el visto bueno, asegúrate de prestar mucha atención a las señales de tu cuerpo y no exigirte de más. Si algo te duele o te sientes incómoda, suspende la actividad y comunícate con tu médico.
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