El duelo tras un aborto espontáneo

Un aborto espontáneo debe transitarse con serenidad y apoyo de los seres queridos. No se debe obviar lo ocurrido, sino esperar y procesarlo para poder seguir adelante.
El duelo tras un aborto espontáneo
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Fernando Clementin

Última actualización: 04 diciembre, 2020

El duelo tras un aborto espontáneo es una etapa verdaderamente difícil de transitar. Una complicación de esta magnitud puede llegar a devastar a una persona tanto a nivel emocional como mental. Y es que, tras haber creado unas grandes expectativas y haber generado emociones, el hecho de que no se concrete el nacimiento de un bebé es difícil tanto de entender como de aceptar.

A simple vista parece que, por un momento, todo es alegría y felicidad (por la futura llegada del bebé) y al siguiente todo es tristeza y desolación. El vacío que deja la pérdida es muy duro y cuesta sobrellevarlo sin la ayuda apropiada. Se trata, sin duda, de uno de los momentos más arduos que puede enfrentar una mujer a lo largo de su vida.

Los abortos espontáneos son difíciles de manejar porque no siempre se pueden prever; más allá de ciertas circunstancias que pueden propiciarlos. Por ejemplo, las mujeres diabéticas deben someterse a estudios periódicos y a cuidados especiales para no sufrir inconvenientes.

Asimismo, las anomalías anatómicas en el útero también pueden ser una causante. Las irregularidades en su forma o tamaño, la duplicación cervical o un suministro inadecuado de sangre se incluyen en esta categoría. Por otra parte, los problemas genéticos o cromosómicos son un desencadenante importante de abortos espontáneos, así como también las afecciones en la tiroides.

Sentimientos luego de un aborto espontáneo

Por cualquiera de los motivos anteriores, un aborto espontáneo puede llegar a poner fin a un proceso de muchas semanas, todas repletas de preparativos, regocijo y esperanzas. No es extraño que la madre se sienta vacía, deprimida y profundamente triste tras un acontecimiento así.

Toda la alegría y la esperanza que ocasionaba la llegada de ese ser tan especial a su vida se ve, de pronto, interrumpida por un dolor profundo e incesante. Por ende, durante el duelo tras un aborto espontáneo los sentimientos más frecuentes son los siguientes:

Culpa

La culpa es una sensación habitual después de un aborto. Tanto la mujer como su pareja pueden sentirse responsables de lo que pasó, incluso por aquellas cosas que saben que no se pueden evitar, como los fallos genéticos. Por lo tanto, es posible que la mujer entienda que no se cuidó lo suficiente o que no pudo ofrecerle al bebé un espacio donde desarrollarse.

Lo importante es permitirse vivir el duelo como corresponde. Con el tiempo, los sentimientos negativos se acomodarán y la pareja tendrá la posibilidad de rehacer su vida.

El duelo tras un aborto espontáneo puede generar culpa.

Tristeza

Es lógico que se sienta tristeza dado que se está ante un evento irremediablemente doloroso. Es entendible que la mujer se sienta decaída, angustiada y tristeToma una relevancia superlativa, entonces, el acompañamiento de su núcleo familiar y social. Además, claro, los allegados se deben asegurar de que la mujer no padezca una depresión crónica o demasiado profunda. En cualquier caso, nunca está de más la ayuda psicológica y su respectivo seguimiento.

Conflictos

Las necesidades de cada integrante de la pareja pueden diferir en estos momentos; se da en todos los ámbitos: en lo sexual, laboral, en la planificación del futuro familiar y hasta en las cuestiones cotidianas. En estas circunstancias resulta imperioso respetar el tiempo del otro. No hay por qué apresurarse y tomar acciones ya mismo, como por ejemplo remover o guardar las cosas que se hayan comprado para el bebé. Todo a su tiempo y, lo más importante, con unión y fortaleza mutua.

Negación

El duelo tras un aborto espontáneo es un proceso estresante, que genera mucho desgaste emocional, psicológico y físico. Esto puede conducir a que la pareja, y sobre todo la madre, se sienta incapaz de reiniciar su vida cotidiana. Puede hacerse muy difícil, en estos casos, retomar el trabajo, las actividades de recreación, el contacto social y, sobre todo, la vida sexual. Nuevamente, se recomienda ser cauto y paciente: el tiempo sanará las heridas.

El síndrome post-aborto se caracteriza por una tristeza inconsolable en la mujer.

¿Cómo sobrellevar el duelo tras un aborto espontáneo?

En primer lugar, es necesario aclarar que no todas las personas son iguales y, por lo tanto, el duelo tras un aborto espontáneo puede vivirse diferente. No obstante, se deben tener en cuenta ciertas recomendaciones al afrontar un proceso tan duro:

  • Comunicación: tanto en la pareja como en el entorno cercano, la mujer debe exteriorizar las emociones; se la debe escuchar y consolar.
  • Tacto: frases como ‘eres joven, puedes tener otro bebé’ son todo lo contrario a lo que hay que decir. Se trata de un duelo y se debe actuar en consecuencia.
  • Verdad: si bien existe cierto ‘tabú’ en torno a esta cuestión, no es aconsejable esconder lo que ocurrió. Si hay otros niños en la familia, es recomendable contarles, de la manera apropiada para su edad, qué ha pasado con su hermanito.

Finalmente, y aunque suene a frase hecha, es recomendable dejar que el tiempo cure las heridas y ponga todo en su lugar. Es poco aconsejable tomar decisiones en este momento; recobrar la estabilidad debe ser la prioridad para aceptar y superar lo ocurrido, recobrar el impulso y retomar el camino.


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