El crecimiento en los chicos, ¿hasta qué edad crecen?

Hay pocas cosas más satisfactorias para una madre o un padre que ver cómo su hijo madura y atraviesa cada etapa de la vida. ¿Conoces cómo y hasta cuándo pueden crecer los chicos? Te lo explicamos.
El crecimiento en los chicos, ¿hasta qué edad crecen?
Marcela Alejandra Caffulli

Revisado y aprobado por la pediatra Marcela Alejandra Caffulli.

Escrito por Fernando Clementin

Última actualización: 06 marzo, 2023

Desde su nacimiento hasta el final de la adolescencia, el crecimiento se produce casi de manera ininterrumpida en los jóvenes. En este sentido, son varios los factores que pueden determinar hasta qué edad crecen los chicos.

En primer lugar, es necesario aclarar que, si bien la altura es un elemento fundamental y quizás el más relevante al hablar del crecimiento de un niño, no es el único. También se incluye aquí el peso y la circunferencia cefálica.

Teniendo en cuenta esta aclaración, procederemos a detallar cuáles son los motivos por los que un varón crece hasta la edad que lo hace. Además, profundizaremos sobre cada una de las fases de este proceso.

Crecimiento, maduración y desarrollo

A lo largo de los años son muchos los cambios en la apariencia externa, el funcionamiento de los órganos y la psique de los niños y adolescentes. A pesar de que solemos intercambiar muchos términos para referirnos a todos estos cambios, desde un punto de vista médico es importante diferenciarlos:

  • Crecimiento: es el aumento del tamaño corporal que se evidencia mediante la talla, el peso y la circunferencia de la cabeza.
  • Maduración: se refiere a los cambios celulares que atraviesan distintos tejidos y órganos para pasar de una etapa infantil a una adulta. Es el caso de los genitales, por ejemplo.
  • Desarrollo: es la mejora de las funciones y capacidades de sistemas u órganos en concreto, como sucede en las habilidades psicomotoras o el neurodesarrollo.

Por supuesto, todos estos conceptos van de la mano y se producen de forma paralela. En esta oportunidad nos centraremos en un solo aspecto: el crecimiento de los varones.

Etapas del crecimiento de los niños

El crecimiento en los niños sigue varias etapas bien definidas, algunas con cambios más notorios que otras, según sugieren los expertos de MedlinePlus. Ocurre en todos los grupos etarios (recién nacidos y lactantes, preescolares, escolares y adolescentes), aunque con un ritmo e impacto distintos. En general, son varios los factores que influyen en este proceso: genética, factores socioeconómicos y nutrición, entre otros.

Durante los primeros doce meses el bebé crece a una velocidad más notoria. Por eso algunos familiares cercanos cuando pasan semanas sin ver al pequeño se quedan tan impresionados e, incluso, te pueden decir que ha cambiado mucho.

De hecho, el niño suele alcanzar entre unos 23 a 25 centímetros más en el primer año, según explica un estudio publicado por la Revista Chilena de Nutrición. A partir del segundo, empieza a crecer un centímetro al mes.

En la etapa de la adolescencia o pubertad es cuando se presenta otro período de crecimiento notorio. El «estirón puberal» puede representar del 20 al 25 % de la talla adulta, según explica una investigación publicada en Adolescere.


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¿Existe alguna forma de predecir el crecimiento en los chicos?

El crecimiento en los chicos es variable
Para estimar el posible crecimiento de los niños es necesario basarse en parámetros objetivos. Estos deben ser interpretados por el pediatra.

Desde la inocente mirada infantil, es habitual preguntarse: «¿Qué estatura tendré cuando sea mayor?». Vale mencionar que para un padre también es lógico plantearse este interrogante sobre su pequeño.

Lo cierto es que no hay forma de saber a ciencia cierta cuánto medirá un niño al terminar de crecer, pero sí es posible hacer estimaciones con base en fórmulas matemáticas y datos antropométricos poblacionales.

Con base a los parámetros del siguiente estudio publicado en la Revista de la Clínica Las Condes, te damos dos claves que utilizan los pediatras para hacer una estimación:

  • Emplear tablas o gráficos percentiles: es un método efectivo para saber si el pequeño crece según los rangos normales para la población en la que se encuentra. Según describe el libro de valoración nutricional editado por la Universidad de Buenos Aires, para esto se tiene en cuenta el peso, la altura y la circunferencia de la cabeza.
  • Utilizar la talla diana (TD) o blanco y rango genético: se trata de una fórmula que permite estimar el potencial de crecimiento del niño/a con base en las características de los padres. Esta puede variar en cada país, y según un estudio en Pediatria Integral, en España se utiliza la siguiente:

TD niños = [ Talla del padre + (Talla de la madre + 13 centímetros) / 2 ] + 6,5 centímetros

El resultado de este valor entra dentro de un rango, por lo que deberá sumarse y restarse 10 centímetros.

Factores que determinan el crecimiento de un niño

Como mencionamos previamente, son distintas las características internas y externas que moldearán el crecimiento de un infante o adolescente. Por supuesto, estas pueden ser tanto positivas como negativas. A continuación, enumeramos los aspectos más determinantes que influyen en este proceso.

Sexo

El crecimiento de los niños no se da de la misma manera que el de las niñas, algo que se aplica especialmente en el crecimiento puberal. Como seguramente sabes, este se produce antes en las niñas que en los niños. En esto influyen mucho las hormonas sexuales que actúan de forma directa e indirecta, estimulando la liberación de somatotropina.

Genética

Los genes son grandes protagonistas en este proceso. Por eso, es muy probable que ciertas etnias o personas de una determinada región geográfica —como aquellas que viven en zonas altas— tengan patrones distintos de crecimiento. No se trata de un problema como tal, sino de cambios adaptativos según el entorno en el que esté el niño.

Por otro lado, existen afecciones genéticas crónicas que son capaces de provocar retraso en el crecimiento. Algunas de ellas son las siguientes:

  • Enfermedad de tiroides.
  • Síndrome de Turner.
  • Acondroplasia.
  • Síndrome de Down.
  • Síndrome de Russell-Silver.
  • Enfermedad ósea.

Alimentación

Por supuesto, una ingesta nutritiva saludable y equilibrada —no excesiva— es central en el crecimiento. En los países con condiciones de vida que no son las adecuadas, los niños pueden presentar cuadros de desnutrición que comprometen seriamente su crecimiento físico.

Descanso

El crecimiento en los chicos depende de varios factores
Durante el sueño aumenta la actividad de la somatotropina en los niños, lo que favorece su crecimiento.

¿Sabías que la hormona del crecimiento, llamada somatotropina, se genera durante el sueño? Es por eso que es tan importante el dormir, un fenómeno descubierto hace muchos años y que todavía hoy sigue siendo la base de muchos estudios, como explican en una publicación en Sleep Medicine.

También es la razón por la que los pequeños necesitan dormir más que los adultos. Se trata de una necesidad del propio cuerpo para cumplir con los procesos básicos característicos de esta etapa. Por lo tanto, es sumamente aconsejable cumplir con este requisito como es debido.

Deporte y salud

La actividad física, sea mediante el juego o el deporte, favorece la generación de células óseas y estimula el crecimiento y fortalecimiento muscular. En cambio, algunas enfermedades, que hasta pueden llegar a ser crónicas —cardiopatías, celiaquía o déficit de la hormona del crecimiento, por ejemplo— tienen el efecto contrario. Es decir que, si un niño las padece, de seguro esto se verá reflejado en su tamaño.



Medicamentos

De la misma forma ocurre con la utilización de algunos medicamentos. Este es uno de los problemas que más preocupan a los especialistas en el área, como bien indica un artículo publicado para el Boletín de la Universidad de la República. Por eso, frente a este desafío, se tienen en cuenta tres etapas fundamentales: la neonatal, la escolar y la adolescencia.

Algunos medicamentos pueden afectar al crecimiento del niño, y entre otras cosas esto también depende de sus condiciones genéticas, fisiológicas, etc. Además, también pueden repercutir en su desarrollo cognitivo conductual y en relación a aspectos neurobiológicos.

Por eso es importante consultar al médico; ya que él será el que tenga el historial de salud del pequeño y considerará la mejor opción para él.

Bienestar psicológico

Según describe un el primer capítulo 1 del libro El crecimiento y el desarrollo infantil de McGraw-Hill, el bienestar psicológico es tan importante como los otros factores. Esto se observó al describirse un grave retardo en el crecimiento de niños internados en orfanatos u hogares institucionales.

La privación de afecto por padres, la presencia de familias disfuncionales, la condición de alcoholismo de los progenitores, etc., derivaron en los pequeños problemas de sueño (como insomnio o sonambulismo), pero también incluyeron problemas de conducta alimentaria que condiciona esta situación.

¿Hasta qué edad crecen los chicos?

Es difícil predecir con exactitud hasta qué momento dejan de crecer los varones. Por tanto, se trata de un aspecto bastante variable en cada caso, según comentan los autores de una publicación de la Asociación Española de Pediatría.

Esto se ve bastante influido por factores como el inicio de la pubertad y de cómo ha sido su evolución en el tiempo, lo cual también se altera dependiendo de factores internos y externos. Si no han existido patologías, los varones dejan de crecer a los 21 años, en promedio.

Tranquilidad ante el crecimiento en los chicos

Al término de la adolescencia, el desarrollo comienza a ser cada vez más lento. Llegados los 20 o 21 años, el joven habrá finalizado su proceso de crecimiento. Lógicamente, esto puede adelantarse o demorarse un poco, ya que no existen dos organismos iguales.

En última instancia, no se puede soslayar el aspecto psicológico y emocional del proceso. La maduración despertará dudas en los jóvenes: es importante que la palabra sabia de los padres aporte tranquilidad y confianza en esta fase repleta de transformaciones e incertidumbres.


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