Educación emocional desde el útero materno
La vida de los seres humanos, ese milagro o ese misterio que aún no se ha podido explicar, empieza en el útero materno. Ahí, en el vientre de cada mamá, un bebé recibe desde la placenta y el cordón umbilical todo lo que necesita para que sus órganos y su cuerpo se desarrollen; pero además de nutrientes físicos tu bebé también obtiene de ti los efectos de tus emociones, de allí se deriva la importancia de vivir un embarazo tranquilo y saludable. Recuerda que si tú estás bien, tu bebé también lo está.
El estrés -o la hormona del estrés llamada cortisol- tiene muchos efectos sobre nosotros los seres humanos. A veces, el efecto de esta hormona puede salvarnos como especie porque nos mantiene alerta, pero también puede marcarnos negativamente.
Todo depende de la cantidad de estrés con la que lidiemos usualmente, pues si es mucho éste puede afectar al bebé de manera poco saludable. En algunos casos, las madres que son muy ansiosas pueden tener niños hiperactivos, ansiosos o con problemas de aprendizaje.
Es natural que todos los días lidiemos con un poquito de estrés, sin embargo someter a tu cuerpo a los implacables efectos de altas dosis de cortisol, les hace daño a ambos.
Actualmente, los pediatras, obstetras, psicólogos, neurólogos y psiquiatras, entre otros especialistas, están de acuerdo en que los niveles prenatales de ansiedad en la mujer embarazada afectan no sólo la vida del bebé en el útero sino también su futuro como individuo.
“Somos producto de nuestra historia de desarrollo en el útero materno”
-Vivette Glover, psicobióloga del Imperial College London-
Un embarazo sin ansiedad
Ya la ciencia, y especialmente el psicoanálisis, había descubierto que durante la primera etapa de la maternidad, se dan muchas condiciones que afectan la psicología del niño de manera positiva o negativa –según cada caso-. Y también desde hace años se conocía que esas condiciones tienen potenciales efectos a largo plazo en la psicología del niño, pero ahora los científicos se han dado cuenta de que sencillamente esta interacción no empieza en el nacimiento sino en el útero materno.
Un grupo de investigadores liderados por Vivette Glover, psicobióloga del Imperial College London, estudió a 14.000 mujeres embarazadas a quienes le midieron el nivel de ansiedad durante el embarazo y comprobaron que las madres que registraron más nivel de ansiedad tienen el doble de probabilidades de concebir a niños que manifiesten problemas de atención y trastornos como la hiperactividad. Esto no es una regla exacta, no obstante cada vez hay más indicios de que el estrés afecta a los niños desde que están en el útero materno, por eso hay que tratar de llevar un embarazo tranquilo.
La inteligencia emocional de tu hijo comienza en tu vientre
Tu pareja te puede ayudar a sentirte feliz, ¡involúcralo en tu proceso de embarazo! Muchas veces la sociedad misma tiende a dejar de lado a los padres y por eso ellos se sienten ignorados y ese sentimiento –muchas veces incomprendido- puede hacer que la relación sea más difícil entre ambos.
Incluso, según revela la investigación, muchos hombres se preguntan si su esposa va a seguir queriéndolos después de que nazca el bebé, esto quizás ocurre porque la atención de muchas mujeres se llena con todo lo relacionado al bebé y sin querer dejan un poco de lado a su pareja.
El tiempo del embarazo debe ser el inicio para formar un equipo de al menos tres integrantes, si eres primeriza. Ese equipo lo deben formar: tú, que eres la mamá, el bebé y también su papá, si tienes pareja. Tu compañero puede ayudarte mucho a regular tus sentimientos durante tu embarazo y él, tal como lo hacen tus amigas, tu esposo puede ser un bálsamo para las presiones de tus días.
Otra buena estrategia para cuidar de tu salud emocional y al mismo tiempo la de tu bebé es buscar asistencia para bajar tus niveles de estrés, ansiedad o depresión. Debes tratar de ver tu salud de manera integral, de ahí lo importante que es hacer algo de ejercicio, comer sano y alimentar tus días de emociones sanas, las cuales también nutren a tu bebé.
Cuando las mujeres acuden a la maternidad por primera vez, los profesionales deberían preguntarles por su estado emocional, por sus relaciones, por la familia, saber si esta las apoya o no. Y si descubren que puede haber problemas, deberían encontrar personas que pudieran ayudarlas y no simplemente preguntarles y luego no hacer nada. Así que necesitamos más recursos, profesionales mejor preparados que puedan ayudar a las mujeres allí donde lo necesitan.