¿A qué edad debo hablar con mi hijo sobre las drogas?

El papel de la familia en la prevención del consumo de drogas en los adolescentes es vital. Con tu ejemplo y una sana comunicación podrás mantenerlos alejados de ellas.
¿A qué edad debo hablar con mi hijo sobre las drogas?
Elena Sanz Martín

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 14 abril, 2020

Las drogas son sin duda uno de los “cocos” a los que todos los padres tememos. Deseamos con todas nuestras fuerzas que las drogas jamás alcancen a nuestros hijos y nos preguntamos qué hacer para mantenerlas alejadas de sus vidas.

Sin embargo, las drogas comienzan a acechar temprano, desde que nuestros peques van a la escuela, a pasar la tarde en casa de algún amigo, desde que empiezan a hacer sus propios amigos fuera de nuestro alcance. Enséñales cómo mantenerse alejados de las drogas.

¿A qué edad debo hablar con mi hijo sobre las drogas?

No hay una edad que marque un hito para hablar con tu hijo por primera vez de las drogas, como tampoco la hay para hablarle por primera vez del valor de la honradez, por ejemplo. La oportunidad se te presentará, aprovéchala. Pero será tanto mejor si ya tienes una idea de lo que quieres transmitir, en esto si que no debes improvisar.

¿Qué debo decirle?

Esto dependerá de la edad de tu hijo y de su nivel de madurez. Lo conveniente siempre es responder a sus preguntas con verdad, naturalidad y precisión. No te hagas un lío yendo más allá.

Si tu hijo te ha preguntado qué son las drogas, respóndele justamente eso. Intenta averiguar cómo le surgió la incógnita, tal vez así tendrás una pista de lo que realmente quiere saber. A lo mejor escuchó que en la televisión hablaban de “drogas para combatir algunas enfermedades” usándolo como sinónimo de medicina, por lo que no deberías darle un discurso de algo que él no conoce y que no ha pedido saber.

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Prepara la información

Lo que si es necesario es que tengas ya en mente qué es lo que vas a responder cuando la pregunta llegue o cuando la oportunidad se presente. Esto tendrá que ver con tu postura ética y moral al respecto. Pero no esperes que te llegue el momento para improvisar, ten en mente qué quieres que tu hijo sepa.

Suminístrale información que tenga que ver con las adicciones como una enfermedad que termina acabando física, emocional, social y económicamente con las personas. Dale ejemplos concretos del deterioro y los efectos que la drogadicción tiene en la vida de las personas. Así seguramente ese no será el camino que tu hijo andará.

Cosas que debe saber tu hijo antes de hablar de las drogas

Hay algunos aprendizajes y conceptos que es conveniente que tu pequeño vaya teniendo claros antes de hablar de la drogas. Recuerda que la educación en valores empieza desde la infancia y se enseña especialmente con el ejemplo. Estos son algunos de los conceptos o principios que tu pequeño debe conocer y experimentar:

  • Autoestima y seguridad. Procura que tu hijo tenga un concepto positivo de sí mismo, que se sienta orgulloso de ser quien es. Asimismo, enséñale a confiar en su criterio y a no depender de la opinión de los demás. Así se mantendrá firme frente a la presión grupal.
  • Honestidad. Asegúrate que tu hijo sepa que “portarse bien” no depende de si me están observando o no. Uno debe ser honesto por conciencia.
  • El valor de la confianza. Tu hijo debe saber que confías en él, que lo respetas como una persona responsable. También debe saber que la confianza se pierde, y entonces hay que trabajar muy duro para merecerla nuevamente.
  • Escoger buenos amigos. Enséñale el valor de la verdadera amistad. Asegúrate de que sepa que un verdadero amigo jamás le obligará a hacer cosas que no quiera hacer, ni tampoco lo pondrá en peligro.
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La comunicación es la reina de las estrategias

Aunque suene infinitamente trillado, mantén una buena comunicación con tus hijos. Crea una dinámica familiar tal que todos sientan la confianza de preguntar y comentar acerca de lo que sea. Cuando tus hijos te busquen para hablar, escúchales con atención, ponte en sus zapatos, sé cálida y receptiva.

Cuando debas reprenderlos o llamarles la atención, procura que la consecuencia sea proporcional a la falta. Aunque tu pequeño se haya ganado una reprimenda, deja siempre la puerta abierta para que la comunicación siga fluyendo. Hazle ver que siempre puede contar contigo, que aunque se haya equivocado una vez siempre tendrá otra oportunidad para hacerlo mejor y allí estarás tú para acompañarlo, apoyarlo y confiar en él nuevamente.


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