La dieta en el primer trimestre de embarazo: claves y recomendaciones
Optimizar la dieta durante el primer trimestre del embarazo es clave para que el feto se desarrolle de manera adecuada. En este momento no habrá que hacer grandes cambios, pero sí hay que tener cierto cuidado con la calidad y con la higiene de los alimentos para evitar intoxicaciones.
Además de los cuidados en la dieta, antes de comenzar el embarazo es preciso suplementar a la mujer con ácido fólico, pues los requerimientos de este nutriente se incrementan notablemente durante la gestación. Esto es lo óptimo, aunque no pasa nada si el respectivo producto farmacológico se incorpora una vez que el test sale positivo.
Toma nota de las siguientes recomendaciones alimentarias para dar inicio al mejor capítulo de tu vida, de la mejor manera posible.
La energía en el primer trimestre de embarazo
En el primer trimestre de embarazo no es preciso incrementar mucho el aporte energético de la dieta, pues los requerimientos fetales aún son bajos.
Lo más importante en esta etapa es asegurar un correcto aporte de micronutrientes, mejorando la calidad de los alimentos por sobre la cantidad. De hecho, comer un volumen mayor de lo necesario podría resultar nocivo y predisponer a ciertas patologías gestacionales.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que en los primeros meses se pueden experimentar náuseas y vómitos. Estos síntomas limitan la ingesta, pero se los puede combatir con algunos remedios naturales, como el jengibre.
Nutrientes esenciales para el primer trimestre de embarazo
Como hemos anticipado, del punto de vista nutricional es preciso hacer ciertas modificaciones en la dieta.
En primer lugar, será positivo incrementar el aporte de ácido fólico y de hierro de la ingesta. La primera es una vitamina clave para prevenir patologías fetales derivadas del cierre inadecuado del tubo neural, tal y como evidencia una investigación publicada en la revista BMC Medicine.
El hierro también es un elemento importante, pues su carencia desemboca en la anemia, condición que dificulta la llegada de oxígeno a los tejidos. De hecho, durante el embarazo se incrementa el volumen de sangre corporal de la madre y este fluido tiende a “diluirse” más de lo habitual. Este fenómeno lleva a que la gestante entre en un estado de anemia fisiológica, por lo que los requerimientos del mineral aumentan naturalmente.
Por otra parte, cabe destacar la importancia de ajustar el consumo de proteínas de la mujer embarazada. Hablamos de un nutriente que suele faltar en muchas dietas, pero que es clave para garantizar el adecuado crecimiento de los tejidos. Sobre todo en el embarazo. Al menos la mitad de las proteínas de la dieta han de ser de origen animal, ya que estas cuentan con un elevado valor biológico.
Higiene alimentaria
Otro punto determinante a considerar en el primer trimestre del embarazo es la higiene alimentaria. En este momento se deben evitar los alimentos crudos o con alto riesgo microbiológico, como los embutidos o los lácteos sin pasteurizar.
Si bien una intoxicación para una mujer adulta no suele ser compleja, para la gestante sí puede serlo. Pues debido al déficit natural en su inmunidad, podría provocar daños graves a su salud y a la de su bebé. Incluso, podría causar un aborto espontáneo.
Hay que tener especial cuidado con el huevo y asegurar una buena cocción del mismo antes de su ingesta. También, restringir las preparaciones de alto riesgo, como el sushi o los pescados azules, pues concentran grandes cantidades de metales pesados.
Finalmente, hay que extremar las prácticas de higiene de los alimentos y lavarse las manos con agua y jabón antes de comer o de cocinar.
Mejora la dieta durante el primer trimestre del embarazo
Como has visto, es clave proponer una serie de modificaciones en la dieta durante el primer trimestre del embarazo a fin de evitar riesgos y asegurar el buen desarrollo del feto. No es difícil adoptar estos hábitos, ya que son pocos aspectos a tener en cuenta.
La clave principal está en plantear una pauta lo más variada y equilibrada posible, sin incrementar exageradamente las calorías.
Para terminar, ten en cuenta que los rechazos hacia ciertos alimentos son habituales en este momento, pues se trata de un periodo de gran cambio a nivel hormonal. Todo esto puede producirte vómitos o preferencias por cierto tipo de comestibles, así que lo mejor es escuchar al cuerpo. Eso sí, no dejes de satisfacer las necesidades de los nutrientes esenciales.
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