Qué hacer cuando se hace demasiado por los hijos
¿Alguna vez has sentido que haces demasiado por tus hijos? Si es así, seguramente también habrás sentido lo difícil que es evitarlo. Ante el gran reto que supone ser asertiva como madre, queremos brindarte algunas herramientas para facilitarte el camino.
Cuando hacemos demasiado por nuestros hijos, estos tienden a delegar SU responsabilidad en nosotros. Vamos a explicar esto a través de un pequeño ejemplo, muy frecuente en la vida cotidiana:
Es posible que siempre recuerdes a tu hijo qué tiene que hacer o que debe hacer sus tareas para que no se le olvide y le adviertes que si no sacará malas notas. Esto quizá a corto plazo te puede parecer útil, pero a largo plazo puede ser problemático porque tu hijo no aprenderá a ser responsable de sí mismo, ni practicará importantes habilidades para la vida como:
- La gestión del tiempo.
- La autodisciplina.
¿Lo ves? Queriendo ayudarles estamos transmitiendo, en realidad, el mensaje equivocado. Si bien nuestra intención es noble, no debemos dejar que obstaculice el desarrollo de nuestros hijos, especialmente cuando se trata de enseñarles a asumir responsabilidades por sí mismos.
¿Qué implica hacer demasiado?
Igualmente, si siempre le pones tú la chaqueta, le das la bolsa, le haces la mochila cada noche para que tenga lo necesario para ir al día siguiente al colegio, estarás quitándole la oportunidad de experimentar lo que ocurre cuando no se ocupa él mismo de ello. En otras palabras, si no tiene un trago amargo o una experiencia desagradable, no será capaz de mejorar a partir de ello.
Cuando un niño aprende experimenta las consecuencias naturales de sus errores, surge una nueva oportunidad de aprendizaje. Es sumamente importante permitirles errar para que puedan crecer.
Si dejamos que nuestro hijo cometa algunos errores de este tipo, esto le ayudará a tomar previsiones para el futuro, con lo cual se garantiza el aprendizaje a partir de la experiencia que vivió. En cambio, si eres tú quién se lo hace todo, desafortunadamente le estarás vetando (sin querer) de la oportunidad de aprender a hacerse cargo de sí mismo para desenvolverse mejor en la vida.
Hacer demasiado por los hijos es evitarles tareas y desafíos desagradables en vez de ayudarles y guiarles para que sepan hacerles frente de la forma más adecuada posible. Al hacer demasiado por ellos, les fomentamos una actitud pasiva ante la vida, en la cual preferirán esperar cosas de otros en lugar de asumir la responsabilidad por sí mismos.
Si tu hijo nunca ha probado cosas nuevas o diferentes, no sabrán cómo empezar o cómo recuperarse e intentarlo de nuevo. Pensarán que:
- No se puede hacer.
- Que no son capaces o que no es necesario ni que se esfuercen porque vendrán otros a hacerlo por ellos.
Esto hará que como madre te sientas agotada por no haber logrado un resultado positivo a largo plazo. En este sentido hacer tanto, tanto por los hijos, no es lo indicado.
Proteger a tu hijo de los golpes de la vida tiene un precio que podréis pagar demasiado alto. Los niños necesitan aprender a manejar los contratiempos de la vida y no lo harán si estás tú siempre haciéndolo por ellos.
Por más tentador que sea ir a hablar con el profesor para que le suba la nota, ¿en qué posición quedará él? o ¿cómo podrá hacerlo en el futuro si no le dejas intentarlo por sí mismo?
Oportunidades de crecimiento para ambos
Es importante crear oportunidades de crecimiento. Cometer errores para experimentar el fracaso, la frustración, la decepción o la incomodidad son experiencias vitales y esenciales que proporcionan la oportunidad para que los niños hagan las cosas lo mejor que puedan y practiquen nuevas habilidades.
Es natural que los padres quieran proteger a sus hijos de estas malas experiencias, pero no necesitan esta sobre protección, lo que necesitan es la guía y el apoyo necesario para poder hacer frente en el futuro estas mismas circunstancias.
Aprender a manejar los obstáculos en la vida nos hace a todos personas fuertes. Si no le permites a tu hijos cometer esos errores, estarás parando el proceso de aprendizaje y correrás el riesgo de atrofiar el crecimiento de tu hijos.
Evitarás que tus hijos desarrollen el coraje necesario para probar cosas nuevas. En cambio si les permites aprender, podrán tener el valor necesario aun cuando las circunstancias no sean las más idóneas. Así podrán descubrir su propio potencial y sus capacidades.
Beneficios de NO hacer demasiado por los hijos
Los problemas harán que tus hijos sean más fuertes y capaces de lograr objetivos. Si eres tú quien toma el control de su vida no les permitirás llegar a sus propias soluciones, no descubrirán sus fortalezas y no podrán ser personas resilientes.
Los giros de la vida son los que nos enseñan a ser más fuertes y a darnos cuenta de que lo somos más capaces de lo que creemos. Estas experiencias, y el aprendizaje que viene con ellas, son esenciales para convertirse en adultos responsables y capaces.
Los padres deben asegurarse de que los hijos están seguros y que tienen las habilidades suficientes para manejar los problemas que surgen en la vida. Esto requiere que los padres planifiquen y anticipen las circunstancias junto con la conciencia de cómo los niños aprenden y qué apoyo necesitan.
También se necesita cierta confianza en las habilidades de los hijos para confiar en sus posibilidades y aunque se sea su guía, también se debe ser su apoyo.
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