Cosas a recordar sobre las vacunas
Como padre eres responsable del bienestar de tus hijos. Esto incluye su salud y, más específicamente, las vacunas. Algunos padres, en especial los primerizos temen los efectos que estas puedan tener en sus pequeños. Por eso queremos hablarte de algunas cosas a recordar sobre las vacunas.
Vacunar a tus hijos es una forma de mantenerlo a salvo de diversas enfermedades que pueden resultar muy graves. Lo que debes recordar en todo momento es que son fáciles de poner, se crean siguiendo estándares seguros y son gratis.
¿Qué es una vacuna?
La primera de las cosas a recordar sobre las vacunas es que se hacen con una versión debilitada o muerta de los gérmenes que contraataca. Esto fortalece al sistema inmune de tu hijo y evita que las enfermedades entren el cuerpo.
los gérmenes inyectados funcionan de dos formas:
- Actúan como anticuerpos.
- Generan una memoria inmune en el cuerpo.
Estos dos factores dejan totalmente protegidos a la mayoría de los niños, algo que ha permitido erradicar varias enfermedades que antes eran mortales. En caso de que tu hijo tenga un sistema inmune débil se pueden presentar ciertas reacciones leves a las vacunas.
¿Cómo se aplican las vacunas?
La segunda de las cosas a recordar sobre las vacunas es su aplicación. Estas se aplican a través de una inyección en el hombro o en la pierna. Solo unas pocas vacunas se dan por vía oral o nasal.
Si eres mamá primeriza puedes sentir un poco de duda al ver la jeringa, pero debes saber que es algo totalmente natural. Piensa que a cambio de un pequeño dolor tu hijo estará protegido por el resto de su vida de grandes daños.
Además, suministrar las vacunas vía oral o nasal no siempre es funcional por la forma en que debe actuar.
¿Qué pasa si mi hijo no puede ser vacunado?
Por razones físicas puede darse el caso de que hijo sea alérgico a ciertas vacunas. Al presentarse esta situación es importante que no apliques la vacuna por ningún motivo.
Las medidas que debes tomar son:
- Identificar claramente todos los elementos a los que tu hijo es alérgico.
- Asegurarte de no está en contacto con lo que pueda detonar esa alergia.
- Mantenerlo lejos de niños o de la escuela cuando se dé un brote de la enfermedad que le genera la alergia.
Sabemos que puede ser difícil de lograr el último punto pero toma en cuenta que tu hijo estará vulnerable. Es muy probable que no tengas ningún problema en la escuela siempre que avises sobre las alergias.
De esta forma, tanto los profesores como tú podrán tomar las medidas correspondientes.
¿Cuándo debería vacunar a mi hijo?
Otra de las cosas a recordar sobre las vacunas es que tienen un calendario muy específico. La mejor forma de saber cuándo corresponde cada vacuna es preguntando en tu centro médico. Ahí te darán una cartilla con las vacunas y las fechas de aplicación.
En este punto recuerda que el pediatra de tu hijo es una de las personas más importantes. Él te sacará de muchas dudas y te recordará el momento preciso en que debe aplicarse cada vacuna. Si tienes miedos o alguna pregunta sobre la salud de tu bebé, pregunta hasta que tengas todo claro.
Algunos bebés pueden presentar pequeñas reacciones unas horas después de la aplicación de las vacunas. En este caso no debes asustarte pero sí puedes contactar al pedriatra para confirmar que todo sea normal.
Es importante mantener un control de las vacunas
Un punto más de las cosas a recordar sobre las vacunas es mantener el registro o cartilla de vacunación. La razón es que en la mayoría de las escuelas piden este documento para garantizar que sus alumnos están protegidos contra enfermedades.
Piensa que si tu pequeño es alérgico y no se le pudo inmunizar con alguna vacuna deberás presentar una carta expedida por el pediatra. Él deberá explicar la situación, el tipo de alergia y las recomendaciones correspondientes.
La cartilla de vacunación también te sirve para asegurarte de que tu hijo está bien protegido y que no le falta ninguna vacuna.
Sin duda, las vacunas son aliados importantes en la vida de tu hijo. No te olvides de hacer el seguimiento de todas y pregunta cualquier duda que tengas al pediatra.