Consumo de alcohol y lactancia: ¿un dúo incompatible?
Es bien sabido que el consumo regular y desmedido de alcohol es algo riesgoso para la salud de toda persona. De hecho, está totalmente desaconsejado durante el embarazo. Ahora bien, ¿qué se dice de la etapa de lactancia? ¿Es seguro para el bebé combinar alcohol y lactancia?
Muchas mujeres ni siquiera se lo preguntan, pues no tienen ninguna intención ni necesidad de consumir alcohol, saben que pueden esperar hasta tener completa seguridad de que no perjudicarán a su bebé. Sin embargo, hay mujeres que se les hace difícil resistir la tentación de beber más de un trago. Bien sea porque lo asocian al hecho de hacer vida social o porque sufren de alcoholismo.
¿Qué sucede cuando combinamos alcohol y lactancia?
Las bebidas alcohólicas no son dañinas por sí mismas. Lo que constituye un verdadero problema de salud, es el consumo excesivo de las mismas. Una, dos, tres, cuatro, cinco copas y más, así como mezclar bebidas puede parecer una cuestión inofensiva, apta para el esparcimiento, pero en realidad tiene un alto impacto en el organismo. Incluso cuando ”se está acostumbrado”.
El organismo metaboliza estas sustancias muy despacio, por ende, pasan mayor cantidad de tiempo en los sistemas, propiciando así, diversos tipos de alteraciones a corto y largo plazo.
Al viajar rápidamente a través del torrente sanguíneo, el alcohol puede llegar al feto y afectar su desarrollo. Y en el caso de la lactancia, ocurre lo mismo, solo que se transmite por medio de la leche materna.
Durante la lactancia, las bebidas alcohólicas pueden eliminar las propiedades de la leche materna y, por ende, reducir la cantidad de nutrientes. Entonces, combinar alcohol y lactancia resulta mucho más riesgoso cuando aumentamos la cantidad que consumimos en un período determinado; es decir, si ingerimos mucho alcohol en pequeños periodos de tiempo.
¿Qué puede causar el consumo de alcohol en el lactante?
- Coma.
- Sedación
- Desmedro.
- Irritabilidad.
- Deformaciones.
- Convulsiones.
- Muerte del lactante.
- Retraso psicomotor.
- Déficit en el desarrollo (incluso cerebral).
- Daños en el sistema nervioso (incluyendo retraso mental grave).
Algunas consideraciones
Aunque la recomendación más extendida es no consumir alcohol durante el embarazo o la lactancia bajo ninguna circunstancia, existen otras opiniones al respecto.
De acuerdo con la evaluación de los expertos, beber un trago de manera muy ocasional no debería dañar al bebé lactante. Un estimado de 0,5 gramos de alcohol por cada kilo que pesa la madre, es una cantidad aceptable. El daño potencial comienza a establecerse cuando las cantidades de bebida aumentan y su consumo regular.
Sin embargo, la recomendación que se mantiene es que la mujer en período de lactancia no debe consumir alcohol en absoluto. No se trata de un asunto moral, o un “por si acaso”. Realmente el alcohol puede afectar al bebé, incluso causar un coma o la muerte.
Además, alcohol y lactancia no son compatibles, porque las sustancias alcohólicas pueden reducir la producción de prolactina y oxitocina, hormonas responsables de la eyección y producción de leche.
La madre que ha decidido tomarse un trago de alcohol durante la lactancia debe tener en cuenta las siguientes consideraciones:
- Es preferible dar el pecho antes de beber alcohol, y luego esperar un mínimo de tres horas hasta que disminuya la sustancia en el organismo.
- El tiempo entre el consumo de alcohol y el momento de dar el pecho también puede ser menor a 30 minutos. Es decir, podemos amamantar en los primeros minutos después de beber, porque la mayor concentración del alcohol en el organismo se produce entre 30 y 60 minutos después de su consumo.
- Cuando el bebé es recién nacido, es recomendable la abstinencia total. Además de que el bebé es mucho más delicado, la toma de leche es mucho más seguida hasta los primeros tres meses de vida.
Conclusión
Hay un dúo que tiene una alta incompatibilidad: alcohol y lactancia. Aunque es bien sabido que durante el embarazo no se deben consumir bebidas alcohólicas, hay quienes consideran que pueden pasar esto por alto, sin consecuencias y aún más llegada la etapa de la lactancia. No obstante, la realidad es otra.
Un estilo de vida saludable, conformado por buenos hábitos de vida debe ser una constante. No solo durante el embarazo sino también, en otras etapas. Sin embargo, es cierto que durante la lactancia, cobra especial importancia el hecho de cuidar la alimentación para no interferir con la producción de leche, entre otros factores afines.
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