Cómo tratar el resfriado en bebés
El resfriado en bebés es muy frecuente, debido a lo estrecho de sus fosas nasales y la inmadurez de su sistema respiratorio. No obstante, cada nuevo virus que aparece en su cuerpo le ayuda a fortalecer sus defensas. Pese a que puede favorecerlo de algún modo, la mayoría de los rotavirus permanecen causándole problemas durante al menos una semana.
Por lo general los recién nacidos cogen al menos un resfriado durante su primer año de vida. Sin embargo, algunos tienen la suerte o son bien cuidados, como para no tenerlos. Si bien es cierto que a cualquiera le puede pasar, existen medidas que ayudan a evitarlos.
La leche materna es la principal vacuna para evitar la mayoría de las enfermedades de los bebés. Este alimento provee de los anticuerpos que ayudan a mantener a raya este tipo de padecimientos. A pesar de todo, algunas veces el bebé puede enfermar varias veces de catarros, debido a que su familia se lo pasa.
El resfriado en bebés
Es natural que los padres se preocupen excesivamente cuando el recién nacido muestre síntomas de resfriado. Sabemos que puede ser molesto, especialmente cuando son muy pequeños. Las principales preocupaciones son, que les cueste respirar, que no pueda comer bien o que le de fiebre.
Los bebés no saben respirar por la boca, por eso es importante que tengan la nariz despejada. A pesar de que ellos no saben sonar su nariz, pueden despejarse mientras están mamando. En este sentido, es importante mantener la lactancia aunque la madre o el niño estén resfriados.
De acuerdo a la severidad del resfriado se indicará el tratamiento. También se toma en consideración si el bebé puede comer y dormir con normalidad. En todo caso, a veces solo hay que esperar a que se le pase, porque la mayoría de los tratamientos no son acordes para los recién nacidos.
No obstante, la mayoría de los refriados pueden ser atendidos en casa. Lo principal a tener en cuenta es que el bebé pueda respirar y no suba mucho su temperatura. Para ello es necesario contar con las previsiones básicas, por ejemplo, un termómetro, el aspirador nasal, antipiréticos recomendados y suero fisiológico.
¿Qué hacer cuando el bebé está resfriado?
Es recomendable asegurarnos de la comodidad del bebé que está afectado por el resfriado. Mantener la temperatura controlada y sus fosas nasales despejadas, es el procedimiento. Para que esté más cómodo se recomienda el uso de un humificador en su habitación. La humedad evita la irritación de la mucosa nasal y facilita la secreción.
También es conveniente mantener la higiene de las manos, tanto del bebé como el resto de la familia. En la mayoría de los casos, los virus llegan a las manos y de estas son llevados a ojos y boca. Por lo tanto, es importan que las normas de higiene se extremen. Otras recomendaciones son las siguientes.
Evitar la congestión nasal
A menudo la secreción nasal se acumula provocando un tapón en las fosas. Esta obstrucción en la nariz del bebé, impide que este pueda alimentarse o dormir con tranquilidad. Por lo tanto, es imprescindible limpiar sus fosas nasales por medio del uso de suero fisiológico.
El Dr. Ernesto Sáez, especialista en neonatología, indica que se debe evitar el uso de gotas vasoconstrictoras o espráis descongestionantes. Al respecto, explica que este tipo de sustancias alivian en el momento, pero luego causan más irritación. Además, la mayoría de estos productos están contraindicados para menores de 6 meses.
Se puede extraer las secreciones por medio de un aspirador nasal. Para ello, se recomienda disolver la secreción espesa usando el suero fisiológico. Se recomienda esperar 30 segundos después de la colocación del suero antes de aspirar.
Controlar la temperatura del bebé
Mientras el bebé está resfriado, es necesario mantener controlada su temperatura. La recomendación del especialista es medir la temperatura dos veces al día como mínimo. Dependiendo de la hora del día puede subir o bajar normalmente, pero la medida ideal es de 37ºC. Para reconocer que existe fiebre, la medida debe ser sobre los 38ºC vía rectal.
La fiebre no siempre indica algo malo, por lo general en esto casos demuestra que las defensas del cuerpo está funcionando. No obstante, es necesario estar atentos cuando se producen subidas de temperatura de manera brusca.
El especialista indica que al bebé menor de tres meses se le debe llevar al pediatra siempre que hay fiebre. Otras señales de alerta son.
- Decaimiento
- Cambios bruscos de temperatura por más de tres días
- Aparente molestia en los oídos
- Gemidos mientras duerme
- Dificultad para respirar con silbido en el pecho
- Inflamación en la ingle, ganglios del cuello o las axilas.