¿Cómo introducir las primeras papillas?

Si bien las deliciosas compotas que preparamos para un niño de más edad o un adulto pueden contener azúcar, las del bebé deben ser lo más naturales posible. 
¿Cómo introducir las primeras papillas?
Mariel Mendoza

Revisado y aprobado por Mariel Mendoza.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 13 febrero, 2023

Las primeras papillas en la alimentación del bebé son fundamentales para su crecimiento. Al cumplir los 6 meses de edad, es el momento de integrar otros alimentos en su dieta para comenzar a acostumbrarlo a nuevos sabores y texturas.

De esta manera, se complementa el aporte de nutrientes que ofrece la leche materna (o de sustitución), que sigue siendo la principal protagonista de su alimentación.

Ahora bien, es necesario conocer bien cuáles son los alimentos con los que se deben preparar estas primeras papillas. También cuando está aconsejado empezar a ofrecerlas y algunos consejos para hacer de esta etapa un período tranquilo y satisfactorio. Te contamos todo al respecto en el siguiente artículo.

Cuándo es el mejor momento para empezar

Las principales organizaciones de expertos aconsejan mantener la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad. Si esta no puede llevarse a cabo (por los motivos que sea), es necesario emplear fórmulas de sustitución adecuadas y ofrecerlas también de forma exclusiva hasta la misma edad.

En general, es a partir de los 6 meses cuando se empieza a hablar de los nuevos alimentos. Estos comenzarán a formar parte de su dieta pero siempre acompañados del aporte adecuado de leche, que sigue siendo su principal fuente de nutrientes.

Se considera que el bebé está preparado cuando adquiere las destrezas necesarias, y en algunos niños estas pueden tardar un poco más en aparecer. Como indican desde la Asociación Española de Pediatría, estas son las señales indicativas de que está listo para empezar con los sólidos:

  • Muestra interés por la comida.
  • Es capaz de mantenerse sentado con apoyo.
  • Puede coger alimentos con la mano y llevarlos a la boca.
  • Desaparece el reflejo de extrusión (expulsión de alimentos no líquidos con la lengua).

Además, es importante no introducir de forma prematura la alimentación complementaria. Hacerlo antes de los 6 meses no conlleva beneficios y, en cambio, sí que entraña riesgos tanto a corto como a largo plazo.

Técnicas para introducir las primeras papillas

Cuando el bebé prueba sus primeras papillas, puede que sus gestos señalen que se sienta un poco extrañado. Se trata de una actitud normal, debido a que los alimentos tienen una textura diferente a lo que ha experimentado en su corta edad.

Por ello, es importante que los padres sean pacientes y perseverantes. Algunos trucos pueden ayudar a hacer esta tarea más sencilla y provechosa.

Ambiente tranquilo

Al ser la comida algo extraño y nuevo para el bebé, es importante que esté en un ambiente cómodo para él. Lo más recomendable es que no hayan distracciones alrededor y, si es posible, también poco ruido.

Al principio, le costará estar sentado en la silla solo, por lo que es conveniente no obligarlo. Puede comer sentado en las piernas de un adulto.

Las primeras papillas del bebé deben tener un horario fijo.

Consistencia adecuada

Aunque pasar de la textura liquida a la sólida puede causar algo de rechazo en algunos bebés, la textura de las papillas es a elección de los padres.

Hay que tener en cuenta que existe el método del baby led weaning, que pasa de forma directa a los sólidos. Por lo tanto, esto no debe ser una preocupación, más allá de que el niño lo tolere bien.

En el caso de ofrecer papillas, una consistencia lisa es de más fácil aceptación. No obstante, no se aconseja demorar la introducción de otras texturas y de algunos alimentos cortados en trozos, más allá de los 9 meses.

Persistencia sin obligación

Las cantidades de papilla deben ser pequeñas y hay que tener paciencia a la hora de alimentar al bebé.

Muchas veces, los padres creen que porque el niño se coma toda la papilla, estará bien. Sin embargo, no es recomendable obligar, presionar o premiar los niños por comer.

Esta conducta puede interferir en su capacidad de regulación del hambre y la saciedad así como aumentar el riesgo de sobrepeso y de padecer problemas de relación con la comida.

Exposición gradual y constante

Cuando un niño rechaza una papilla no hay que dejar de ofrecerla en momentos posteriores. Un alimento nuevo puede tardar entre 10 y 15 ocasiones para conseguir su aceptación.

Cantidad variable

La cantidad que los bebés comen con sus primeras papillas son variables y, en general, aumentan de forma gradual. Esto es debido a que deben acostumbrarse a estos nuevos alimentos y al hecho de que su apetito puede ser cambiante.

Como se apunta en el documento de la Asociación Española de Pediatría acerca de la alimentación complementaria, se pueden dar raciones pequeñas y aumentarlas con la edad. A los 8 meses suelen hacer las 3 comidas principales.

Asimismo, los expertos aconsejan que en los primeros meses, se ofrezcan los purés o papillas después de la leche materna (o de sustitución). Esta sigue siendo la base de su alimentación. Además, al comer la papilla el bebé debe tener hambre, pero no tanto como para estar molesto.

¿Con qué alimentos se preparan las primeras papillas?

Antes de comenzar con las primeras papillas, es fundamental que los padres consulten con el pediatra. El profesional se encargará de orientar sobre cuáles alimentos se deben integrar primero en la alimentación del pequeño y cuáles es mejor evitar. 

A día de hoy, no existen instrucciones rígidas sobre el orden en que se deben introducir los diferentes alimentos, sino calendarios orientativos.

Solo cabe destacar el hecho de dar prioridad a aquellos que aportan hierro y zinc. Por este motivo, las papillas de los niños deben estar elaboradas con alimentos que forman parte de la dieta habitual de los padres, de su cultura y de la temporada.

Estas son algunas de las recomendaciones más habituales:

  • Cereales: avena, arroz, maíz, tapioca.
  • Verduras: patatas, zanahorias, batatas, calabaza, puerro, lechuga, calabacín.
  • Frutas: naranja, ciruelas, duraznos, manzanas, peras y bananas.
  • Proteínas: huevo, pollo, pescado, legumbres.
  • Aceite de oliva.

La fruta debe ser natural o cocida tipo compota, así no perderá todas las propiedades que necesita el bebé.

 

Las primeras papillas del bebé deben ser ricas en fibra.

Consejos al iniciar con las primeras papillas

A partir de estos alimentos, hay que tener en cuenta otras prácticas a la hora de cocinarlos para que las papillas que se ofrecen a los bebés sean saludables, nutritivas y seguras.

  • No se debe agregar azúcar (o edulcorantes) ni sal a las papillas para los bebés. Asimismo, en los triturados de frutas no es recomendable añadir galletas, ingredientes para endulzar u otros para modificar el sabor.
  • No agregar leche de vaca convencional a las papillas hasta que el niño tenga un año. Si es necesario, se pueden mezclar los alimentos con leche materna o de sustitución.
  • No incorporar más de un alimento nuevo en los triturados o purés. De este modo, si aparece una reacción alérgica, es posible identificar el alimento causante. La primera vez que se ofrece un alimento, se puede mezclar con otros que ya se han introducido.
  • La mejor temperatura para las papillas es tibia, ni muy caliente ni fría. En referencia a la textura, no debe ser ni demasiado líquida, ni demasiado espesa.
  • Si el bebé voltea la cabeza o rechaza la cuchara con la mano, puede ser indicación de que está lleno y no quiere más.

Hacer las papillas en casa es una opción saludable y segura. Pero hay que tener en cuenta algunas medidas básicas de seguridad alimentaria para evitar posibles intoxicaciones.

Para ello, es esencial lavarse las manos y limpiar la comida, los utensilios y las superficies de trabajo; antes y después de manipular alimentos. Los ingredientes como la carne, el pescado y los huevos, necesitan estar bien cocidos.

Una vez preparada, es recomendable ofrecer la papilla al momento. No hay que mantener la comida más de dos horas sin refrigerar y, los restos del plato, no se guardan para otra ocasión. 

En cambio, sí que es posible cocinar con antelación. De este modo, se conservan en la nevera durante un día si contienen carne o pescado, y 2 días el resto. En el congelador, aguantan 1 mes. En el momento de comer, hay que calentarlo bien, pero solo la cantidad de comida necesaria.

Sigue estos consejos iniciales para preparar las primeras papillas de tu bebé

La alimentación en los niños pequeños es muy importante debido a que su crecimiento dependerá, en gran parte, de qué nutrientes recibe su organismo. Por este motivo el momento de ofrecer las primeras papillas suele generar muchas dudas en los padres.

Una vez sabemos qué es lo que resulta más conveniente y cuál es la mejor forma de prepararlas, tan solo es necesario tener paciencia y ser perseverantes. Y no dudar en consultar con un especialista ante cualquier duda que pueda aparecer.


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