¿Cómo controlar las contracciones?

Aprender a controlar las contracciones es un objetivo de la mayoría de mujeres embarazadas. En este artículo aprenderás más sobre ellas y cómo controlarlas.
¿Cómo controlar las contracciones?
María Belén Del Río

Revisado y aprobado por la médica María Belén Del Río.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 05 septiembre, 2022

Para que el parto tenga lugar y se desarrolle de la forma más fisiológica posible, es necesaria la presencia de contracciones, ya que estas son el motor del parto. Se tata de un proceso complejo pero cuyas generalidades deberían ser conocidas por toda embarazada.

Por supuesto, las contracciones reales son dolorosas e incómodas. Si bien pueden resolverse con el uso de medicamentos, muchas mujeres prefieren apostar por un método más “natural”. Esto ha permitido desarrollar técnicas específicas para aliviar el dolor que te mencionaremos a continuación.

¿Qué es una contracción?

En el proceso de parto intervienen tres elementos:

  • Motor del parto: son las contracciones uterinas.
  • Objeto del parto: es el feto.
  • Canal del parto: existen dos, el canal óseo (pelvis) y el canal blando, formado por el resto de los tejidos.

Para que el parto pueda progresar es imprescindible la presencia de contracciones uterinas. El útero es un órgano contráctil gracias a su capa muscular (miometrio), formada por fibras musculares lisas. Las contracciones son involuntarias.

En el embarazo, a partir de las 20-24 semanas de gestación, tienen lugar las contracciones de Braxton-Hicks o falsas contracciones. Estos movimientos son irregulares, de baja intensidad y no dolorosos, y la mujer las percibe como una sensación de abdomen duro. La finalidad de estas contracciones es preparar el cuello del útero para el parto.

Las contracciones de parto son regulares, de alta intensidad y dolorosas. Tienen como finalidad la maduración y dilatación cervical, el encajamiento y la expulsión del feto, la expulsión de la placenta y un efecto hemostático (capacidad de disminuir el sangrado uterino tras el alumbramiento al contraer el útero).

Es muy importante que consultes con tu matrona cualquier dolor abdominal o lumbar que aparezca durante el embarazo.

¿Cómo controlar las contracciones?

¿Cómo funcionan las contracciones?

La contracción uterina se origina en el fondo del útero (parte superior) y se propaga de forma descendente según la ley del triple gradiente descendente, hasta la parte inferior del útero y el cérvix. La contracción tiene tres fases:

  • Fase ascendente. La presión uterina aumenta rápidamente. El miometrio se contrae.
  • Acmé de la contracción. Es el punto más alto de presión intrauterina. Momento de máxima intensidad y presión
  • Fase de relajación. La presión intrauterina va disminuyendo en dos fases, primero rápidamente y luego más lentamente.

Podemos comparar las contracciones uterinas con el dibujo de una ola. La contracción comienza cuando aumenta la presión intrauterina hasta llegar al punto de máxima intensidad para después ir disminuyendo la presión gradualmente. Entre contracciones hay un periodo de relajación uterina que permite al útero descansar, al igual que a la madre.



¿Cómo son las contracciones de parto?

Las contracciones uterinas que nos indican que el parto está comenzando son regulares, dolorosas y de alta intensidad.

  • Es importante valorar la frecuencia de las contracciones, ya que al inicio del trabajo de parto estas se presentan de forma muy espaciada y es necesario que se presenten de forma regular.
  • Deben ser contracciones intensas. Generalmente comienzan siendo más débiles y aumentan en intensidad conforme el trabajo de parto se instaura.
  • La duración de las contracciones es variable. Lo ideal es que todas las contracciones tengan una duración similar.

Cada mujer presenta un patrón de contracciones único, por lo que es complicado generalizar y afirmar que con determinadas contracciones cada determinados minutos ya está el parto establecido. Además, para determinar que el parto ha comenzado es necesario valorar también otros parámetros, como la dilatación del cuello uterino.

La orientación para consultar con la matrona o acudir al centro hospitalario en lo referente a las contracciones suele ser presentar 2 o más contracciones intensas en un periodo de diez minutos, como mínimo durante una hora.

Prepararse antes de las contracciones

Aunque una mujer no esté en trabajo de parto, sí es posible prepararse para que la situación pueda soportarse de mejor manera. Para esto, el ejercicio físico moderado y previamente aprobado por el médico parece ser una de las grandes alternativas.

De hecho, según un artículo de investigación, desde principios de siglo XX se han diseñado métodos basados en el ejercicio físico con el objetivo de disminuir la necesidad de analgésicos y anestésicos durante el trabajo de parto.

Este último tema, en conjunto con aspectos tan amplios como los derechos de la mujer, la violencia obstétrica y los efectos adversos de los medicamentos, ha llevado a muchas polémicas en torno a cómo se debe afrontar el trabajo de parto. Hay mujeres que optan por “métodos naturales” sin el apoyo médico, por lo que la mejor opción en estos casos es recibir un entrenamiento previo.

Por ejemplo, el desarrollo de la técnica Lamaze se basa en lograr la disminución de la percepción del dolor mediante masajes, métodos de relajación o distracciones. También apareció el método Bradley, en el que el padre representa una figura de apoyo muy importante durante el parto.



¿Cómo controlar las contracciones?

Es importante valorar las características que presentan las contracciones (frecuencia, intensidad y duración) y por medio de estas sopesar el acudir al hospital o el consultar con tu matrona de referencia.

¿Cómo controlar las contracciones?

Cuando las contracciones comiencen, generalmente de forma irregular, puedes darte una ducha con agua caliente que aliviará el dolor y te relajará (no dirijas el chorro de agua directamente al abdomen). También ayudan los masajes en la zona lumbar (especialmente si son hechos por un acompañante) o la colocación de compresas calientes en esa zona.

Si tienes una pelota de gimnasia, puedes sentarte sobre ella y realizar movimientos oscilatorios con la pelvis para ayudar a aliviar el dolor. Además, caminar es una buena alternativa cuando el trabajo de parto está comenzando, ya que puede ayudar a regularizar y controlar las contracciones, y te mantendrá despejada.

Ante la duda, acude a un centro de salud

En la mayor parte de centros de atención al nacimiento disponen de pelotas, duchas y otros elementos para ayudarte a controlar las contracciones. No dudes en preguntarle a tu matrona sobre las alternativas de las que dispones.

Y esto es importante ya que puedes acceder en la mayoría de los casos a la anestesia epidural. Se trata de un procedimiento que disminuirá considerablemente el dolor y te ayudará a llevar el proceso si estás de acuerdo con ello. Aunque son situaciones poco frecuentes, vale la pena estar consciente de las reacciones adversas, como dolores de cabeza o problemas con la tensión arterial.

Otras intervenciones incluyen la simple administración de analgésicos endovenosos, los tranquilizantes y la anestesia regional.

Es probable que desees que tu parto sea lo más natural posible. Sin embargo, muchas mujeres desarrollan un intenso dolor durante el proceso y se ven “obligadas” a solicitar la medicación. El cambio de opinión también es un derecho y se aplican los mismos principios: las posibilidades de efectos adversos son escasas, pero siguen estando ahí.

Recuerda que las contracciones uterinas son un mecanismo fisiológico del cuerpo que permite que tu bebé pueda nacer. Es un dolor con finalidad, no es patológico, y tu matrona estará a tu lado para ayudarte y acompañarte en todo momento durante tu parto.


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