Cómo alimentar el vínculo de apego en la infancia

Es necesario establecer un vínculo de apego sano y seguro desde el nacimiento del niño. De esto va a depender el desarrollo de su personalidad, sus relaciones futuras y su salud mental.
Cómo alimentar el vínculo de apego en la infancia
Mara Amor López

Escrito y verificado por la psicóloga Mara Amor López.

Última actualización: 16 marzo, 2020

El vínculo de apego es el principal motivo de la seguridad en la infancia y algo fundamental en nuestra vida adulta. De esto va a depender nuestro desarrollo emocional y un correcto desarrollo de la personalidad.

Por ello, hay que señalar la importancia que tiene dar a nuestros niños todo el afecto y cuidado que necesitan desde que nacen para que crezcan siendo personas con capacidad de dar y recibir amor. Es fundamental para nuestra salud mental que exista este apego entre los seres humanos. El vínculo que se establece entre madre-hijo será determinante para que se consolide su personalidad adulta.

¿Qué es el vínculo de apego?

El vínculo de apego es la unión afectiva que se establece entre la madre, o persona principal cuidadora, y el niño desde el nacimiento. Este vínculo será clave en el posterior desarrollo psicológico y en la formación de la personalidad del pequeño.

Esta unión no acaba cuando pasa la infancia, sino que será el fundamento de las relaciones futuras a lo largo de su vida. El apego hacia las personas importantes de nuestra vida se mantendrá a lo largo de todo nuestro desarrollo, incluso siendo adultos.

¿Cómo se forma el apego?

Desde que un bebé nace, es receptivo a cualquier estímulo que provenga de su figura de apego, generalmente, la madre. Durante el primer año es cuando el niño establece ese vínculo con la persona que tiene más contacto, y es cuando surge el miedo a los desconocidos.

Madre creando un vínculo de apego muy fuerte con su hijo.

El apego proporciona seguridad y protección en el niño en situaciones de amenaza. Cuando el vínculo de apego está bien establecido, el niño explora el mundo tranquilamente, sabiendo que su figura de apego estará ahí para protegerlo. Cuando el vínculo no se establece de manera adecuada, surgen los miedos e inseguridades, y esto afectará a su manera de comportarse y relacionarse con los demás.

 “El apego es una relación afectiva que se establece desde el nacimiento hasta la muerte y, por lo tanto, perdura a lo largo de la vida”.

-John Bowlby-

Tipos de apego propuestos por Bowlby

  1. Apego seguro. Viene determinado por la incondicionalidad. El niño sabe que su mamá o cuidador principal no va a fallarle, pase lo que pase. Las personas con apego seguro durante su infancia suelen relacionarse de manera saludable de adultos
  2. Apego ansioso o ambivalente. En este apego, el niño no confía y se siente inseguro ante sus cuidadores. Siente que puede ser abandonado, y esto le genera sentimientos de miedo y angustia. Adultos con este tipo de apego serían aquellos que no tienen una independencia emocional.
  3. Apego evitativo. Los niños con este tipo de apego asumen que no pueden depender de sus cuidadores, y esto les provoca sufrimiento. No lloran al separarse de su figura de apego y evitan cualquier contacto cercano. Los adultos que en su infancia tuvieron el tipo de apego evitativo, tendrán dificultades a la hora de relacionarse y tendrán sentimientos de rechazo a la intimidad con otros.
  4. Apego desorganizado. Este tipo de apego es una mezcla entre el evitativo y el ansioso. Aquí el niño presenta conductas contradictorias e inadecuadas. Este sería totalmente contrario al apego seguro, pues se daría cuando ha habido un abandono temprano y el niño desconfía de sus cuidadores. De adultos, son personas con una elevada frustración e ira, sienten que no son queridas y rechazan las relaciones, aunque en el fondo estas son su mayor deseo.
    Madre abrazando a su bebé para crear un buen vínculo de apego.

¿Qué hacer para alimentar ese vínculo de apego?

  • Mantener los lazos afectivos desde el momento del nacimiento.
  • Lactancia materna siempre que se pueda.
  • Dormir cerca del bebé para que note tu cercanía.
  • Mantener contacto corporal con el niño. Necesita estar pegado a su madre en cualquier situación de su día a día.
  • Confiar en su llanto como su expresión temprana de lenguaje. Si llora, algo no va bien, y es importante que atendamos sus necesidades. No hay que dejarlo llorar; si lo hace, es porque no se siente bien.
  • A la hora de infundir hábitos en el niño, debemos ser flexibles. No forzar al bebé a comer o dormir, por ejemplo.
  • Mantener un equilibrio. No debemos ser ni demasiados estrictos ni tampoco permisivos; lo adecuado es un término medio.
  • Mamá y papá cuidan del bebé. Ambos deben construir un entorno seguro y de confianza con el pequeño.

Ya has visto lo importante que es la formación adecuada de un vínculo de apego seguro y sano. Porque este será el que determine en un futuro su personalidad, desarrollo de las relaciones y, en definitiva, de esto va a depender su salud mental. Es importante que nos esforcemos por alimentar ese vínculo para que nuestros niños de hoy sean adultos sanos mañana.


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  • Vega Franco, L. (2010).Importancia de fomentar el vínculo de apego en la infancia. Revista mexicana de pediatria, 77 (3); 103-104.
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