Puede que hayas escuchado que se recomienda cambiar el cepillo de dientes de los niños si han sufrido una infección. Incluso, este consejo ha ganado popularidad durante la pandemia por COVID-19.
Son varias las razones por las cuales es necesario tomar esta conducta, pero luego de haber padecido un resfriado, una gripe o cualquier cuadro infeccioso de las vías aéreas, los expertos recomiendan el reemplazo de dicho instrumento.
En este artículo analizamos en detalle esta sugerencia y por qué hay que tomarla en cuenta. Entérate más.
Motivos para cambiar el cepillo de dientes de los niños tras una infección
La Asociación Dental Americana (ADA) aconseja reemplazar el cepillo de dientes cada 3 o 4 meses o cuando las cerdas se deformen y pierdan eficacia. También, es conveniente hacerlo luego de recuperarse de algún proceso infeccioso local.
Por eso, si tus niños han tenido gripe, anginas o alguna otra infección de las vías aéreas, lo ideal es cambiarles el cepillo de dientes. Incluso, renovar el de todos los miembros de la familia.
De esta forma, se evita la proliferación de los gérmenes patógenos entre las cerdas de este elemento y se reducen las posibilidades de propagar al agente infeccioso.
Probablemente, el niño que estuvo enfermo y que no tiene problemas en su sistema inmunitario no vuelva a enfermarse de lo mismo. Pero el resto de la familia sí tiene riesgos de contagiarse.
Algunos gérmenes podrían sobrevivir, multiplicarse y contagiarse a través de las cerdas de los cepillos dentales. En muchas casas, todos estos instrumentos de higiene se guardan en el mismo vaso o comparten un sector común. Por este motivo, es mejor ser precavido y reemplazar los cepillos de dientes de todos. Pues nadie quiere llevar a su boca un instrumento lleno de microbios.
A pesar de esto, un estudio presentado en la Academia Americana de Pediatría afirma que no sería necesario tirar este instrumento después de un diagnóstico de faringitis estreptocócica.
Finalmente, el consejo de cambiar el cepillo de dientes en los niños luego de una infección cobra especial importancia si el pequeño fue hospitalizado. Al ser dado de alta, tanto la pasta como el cepillo deben descartarse por el riesgo de contaminación hospitalaria.
Cambio del cepillo dental luego de sufrir COVID-19
Con la pandemia por COVID-19, muchos sitios e incluso profesionales de la salud comenzaron a sugerir el cambio del cepillo de dientes de niños y adultos luego de haber padecido la infección. Pero para este tipo de afección cuenta lo mismo que mencionamos con anterioridad.
Si el niño se enferma, su sistema inmunitario produce anticuerpos específicos que combaten esa cepa del virus. Dicha defensa permanecerá disponible durante un tiempo y lo protegerá de forma natural de una reinfección.
Es por eso que, luego de recuperarse, si el virus permanece en el cepillo de dientes, es poco probable que el pequeño enferme otra vez. De todos modos, aunque el niño no corra el riesgo, la posibilidad de que otras personas se contagien podría avalar el recambio.
Vale aclarar que en el caso de una infección por COVID-19, los estudios demostraron que el contagio se da con mayor frecuencia por el contacto estrecho con las personas que con una superficie contaminada. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), la posibilidad de contraer coronavirus a través de superficies es muy baja y depende de múltiples variables.
De todos modos, el cambio de este instrumento de higiene como una medida preventiva y de cuidado familiar no está de más.
Cuidados del cepillo de dientes
Como te contamos, la evidencia sugiere que el recambio del cepillo de dientes de los niños tras una infección no sería del todo necesario. Pero lo cierto es que es una medida sencilla para evitar contratiempos.
Un cepillo dental en buenas condiciones no solo evita la proliferación y el contagio de gérmenes, sino que también permite realizar una higiene dental efectiva.
A continuación, mencionamos algunos cuidados para mantener los cepillos de dientes en óptimas condiciones y lo más libres de gérmenes posibles:
- No compartir el cepillo dental ni la pasta de dientes con ninguna persona.
- Enjuagar el cepillo de dientes con agua fría después de usarlo.
- No sumergir el cepillo en soluciones desinfectantes ni en enjuagues bucales. Esto podría favorecer la propagación de gérmenes.
- Dejar que el cepillo se seque al aire y que se ventile en posición vertical. No secarlo con toallas.
- No guardarlo en recipientes cerrados. Los ambientes húmedos favorecen la proliferación de bacterias y hongos.
- Cambiar el cepillo de dientes cada 3 o 4 meses, o antes si las cerdas se ven deshilachadas o abiertas.
- Evitar mantener los cepillos de dientes en la misma área. Es preferible que cada uno tenga su propio soporte, separado del de los demás.
Todos estos consejos aplican tanto para los cepillos manuales, como para los cabezales de los artefactos de higiene eléctricos. Y si alguno de tus niños ha padecido una infección, nuestra sugerencia es que le cambies su cepillo de dientes y repliques esto con los de toda la familia.
Mantener el cepillo de dientes en óptimas condiciones es esencial para que la higiene bucal sea eficaz. Y aunque un recambio muy seguido parezca innecesario o demasiado costoso, la ganancia en salud es mucho mayor.
Bibliografía
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