Risas y sonrisas del bebé: un gran avance en su desarrollo emocional

Risas y sonrisas del bebé: un gran avance en su desarrollo emocional
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 11 septiembre, 2020

Las risas y sonrisas del bebé, por si no lo sabías, significan un avance en su desarrollo emocional. Quédate con nosotras para ampliarte sobre el tema partiendo de las primeras sonrisas que emite hasta las que te brinda cuando ya es más grandecito.

Las primeras sonrisas del bebé

El primer mes de un bebé no es una etapa carente de emociones como pueden pensar algunos. Desde este período el niño siente el tan provechoso apego y para tal fin, desarrollará una potente atracción por un adulto, que por lo general, es su madre.

Además del llanto: principal reflejo emocional de un bebé, existen otras emociones que un recién nacido puede sentir: bienestar, relajación, saciedad… cuestiones que exteriorizan quedándose quietos, observando, escuchando, conociendo el mundo mientras están calmados.

Un recién nacido también puede sonreír, pero muy contrario a lo que pueda parecer, esta sonrisa no es producto de su bienestar emocional o felicidad, sucede por la actividad de su sistema nervioso central, y es un reflejo que aparece, por lo general, cuando está dormido.

Sonrisas luego del primer mes de nacido

Las sonrisas que emite el bebé cuando está despierto, a partir de su primer mes de nacido, o después del segundo, según sea el caso, son conocidas como sonrisas sociales y sí son producto de su interacción con el mundo y la respuesta hacia diversos estímulos.

En su experimentación el bebé irá comprendiendo que mamá le sonríe cuando le habla porque está feliz y que los restantes adultos también sonríen cuando lo ven, juegan con él, o lo cargan. Adoptará la sonrisa como una respuesta que dar. Por eso, también sonreirá cuando se sienta bien, se le hable, se le dé lo que desea, o cada vez que vea y escuche algo que le gusta y le llame la atención.

risas y sonrisas del bebé

En este tiempo ya habrá comprendido que además del llanto, su sonrisa capta la atención de los adultos.

Algunos niños dejan escapar su primera risa a los 4 meses de nacidos, uno antes, otros un tanto después, pero por lo general, es alrededor de este período. Aquí el niño comienza a reír estimulado, como el resto de los seres humanos, por algo que realmente le es gracioso y le provoca la risa: un muñeco que se mueve, cuando le hacen cosquillas…

Pero después de los 4 meses el niño pequeño no reirá y le sonreirá a todo el mundo, solo lo hará con las personas que le son afines y quizás algún desconocido que, de repente, le caiga bien. Entonces habrá entendido que la sonrisa está relacionada con el apego y se sonríe a quienes se quiere. Esta fase se conoce como sonrisa diferencial.

Risas y sonrisas del bebé: un gran avance en su desarrollo emocional

A medida que el niño conoce el mundo, imita a los seres humanos con los que convive y aprende a dar respuesta a los estímulos, va logrando un avance en su desarrollo afectivo y psicosocial.

El menor de un año aprende que el afecto y el contacto social se refuerzan con las sonrisas y que una sonrisa vale más que una pataleta o el llanto desconsolado. Sabe cómo conseguir lo que quiere, sea material o afectivo, a través de las sonrisas y la alegría.

La sonrisa de quienes le rodean también refuerza sus emociones. Si alguien a su alrededor sonríe él se siente más seguro. Digamos, por ejemplo, si un perro le pasa por el lado y él siente temor, la sonrisa de su madre puede reconfortarlo e indicarle que no hay peligro.

Terribles dos años

La risa para un niño de 2 años ya no es solo un reflejo o una respuesta a su felicidad: es un poderoso instrumento que utiliza para conseguir sus metas y hacer que los adultos cedan a sus deseos (chantaje emocional).

En esta etapa podremos ver a un pequeño inteligente, que pone a prueba a quienes le rodean y actúa para ver cómo los demás reaccionan. Cada vez que una travesura no le sale bien sabe que esbozando una sonrisa evadirá el castigo.

La risa será también un estímulo para su desarrollo emocional y cognoscitivo. Se reirá de las situaciones absurdas: cuando vea a otros niños caerse, o incluso a él mismo cuando se cae en un video que mamá le filmó una vez. Las risas y sonrisas le servirán para crecer, potenciar su bienestar y comportamiento como ser humano. Ser más simpático, hacer amigos y sentirse feliz.


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