Puede que llore a escondidas, pero para mi hijo tendré la mejor sonrisa

Puede que llore a escondidas, pero para mi hijo tendré la mejor sonrisa
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 03 febrero, 2022

¿Cuánto fue la última vez que lloraste a escondidas? Es posible que no haga demasiado, puede que incluso hoy mismo. No obstante, lejos de verlo como signo de debilidad o de falta de confianza en ti misma, debes verlo como lo que es: un necesitado momento de desahogo personal.

Llorar no es malo. De hecho, durante el embarazo, el puerperio y durante los 3 primeros años de vida de nuestros hijos es algo normal en muchos casos. Por lo general, no hace referencia a ningún problema clínico. Llorar de vez en cuando para emerger de nuevo libre de tensiones es algo catártico, hasta sanador.

Por otro lado, la tarea de crianza es toda una prueba de resistencia para la que nadie nos ha preparado. A lo largo de nuestra vida hemos asumido muchas competencias personales y profesionales. Sin embargo, con la llegada del primer bebé experimentamos de pronto determinados miedos en los que no habíamos pensado antes.

Con un hijo cada día es un reto. Hay que asumir que los libros no lo explican todo, que nuestras madres, amigas o hermanas nos podrán ayudar con su experiencia. Pero cada niño es único y cada familia, cada persona, vive una realidad excepcional.

A la crianza se le añade sin duda el aspecto económico, el trabajo, el hogar, el mantener la felicidad con la pareja… Sin olvidar tampoco nuestra autoestima, nuestro crecimiento personal. Es como vivir en un puzzle donde todas las piezas deben encajar a la perfección. Donde todo debe ser perfecto.

Y algo así, es un gran foco de estrés y ansiedad.

Razones por las que lloramos a escondidas

“¡Por las hormonas!”, te dirán muchos. “Esa necesidad por llorar a escondidas y esos bajones repentinos no son más que el efecto de esos cambios hormonales tan comunes en toda mamá”.

mamá que llora a escondidas

Bien, es posible que en algún momento nos determinen, no hay duda. Sin embargo, las mujeres no somos “hormonas con patas”. Ellas no determinan todo lo que somos y sentimos. De hecho, también los padres y las mujeres que no han dado a luz pero que son madres sienten a veces este caos emocional.

Veamos ahora algunas razones de por qué nos podemos sentir así.

El cansancio acumulado

Si de algo sirven las lágrimas es para darnos un toque de atención. Para desahogar emociones y permitirnos después pensar con claridad.

  • A veces, el dormir poco, el estar pendiente de cada cosa que hace o no hace nuestro hijo nos sume en un estado de alerta muy desgastante. 
  • Es necesario que cuando nos veamos en estas situaciones, deleguemos funciones durante unas horas para poder descansar.

No serás una mala madre por hacer una siesta, por darte un baño relajante mientras tu pareja o un familiar atiende a tu hijo.

No sé por qué llora mi bebé

Lo creamos o no el llanto de un bebé no solo nos pone en alerta y afila al instante nuestro instinto maternal. Además, nos sume en un caos emocional muy importante cuando no sabemos por qué llora o qué es lo que necesita.

bebe llorando
  • Estas preguntas son muy comunes en las madres primerizas. A su vez, puede suponer todo un foco de estrés que en un momento dado, puede terminar en otra “llorera” a escondidas. La nuestra.
  • No dudes en consultar con tu pediatra cualquier duda. Los bebés lloran por aspectos muy básicos: hambre, miedo, necesidad de consuelo y cercanía, porque necesitan que se les cambie…

Me veo mal físicamente

La maternidad cambia nuestro cuerpo. Subimos de peso y no es nada fácil recuperar la talla de antes. La retención de líquidos, el abdomen abultado, nuestros pechos, las estrías, las varices, nuestros rostro de lozanas mejillas… No podemos evitar vernos muy poco atractivas ante el espejo.

Nos decimos a nosotras mismas que no pasa nada. Que somos madres y es lo mejor que nos ha pasado. Sin embargo, hay momentos en que el desánimo llega con fuerza. Porque a penas tenemos tiempo de prepararnos una buena dieta, de salir a hacer deporte…

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¡Son muchas cosas y no tengo tiempo para nada!

Tienes un bebé, piensas en volver al trabajo o ya estás de vuelta, intentas mantener el orden en el hogar, hay un sinfín de cosas por hacer y preocupaciones que solucionar.

  • ¡Apenas tienes tiempo de nada! En esos instantes en que llegas al límite, solo te alivia una cosa: llorar a escondidas, solo unos minutos, solo un breve instante para hallar la calma.

Si te encuentras en esta misma situación, intenta cambiar el ritmo y centrarte. Disfruta más del aquí y ahora con tu hijo, practica yoga, natación, mindfulness…

A pesar de todo, siempre tendré una sonrisa para mis hijos

Lo decíamos al inicio. Llorar a escondidas no refleja debilidad alguna. Fuerte es quien se permite estos instantes de complicidad con la propia alma para liberar tensiones, para aclarar la mente y ver las cosas de otro modo.

mamá besando bebe
  • Fuerte es la madre y el padre que deja a un lado sus miedos, preocupaciones y tensiones para dar lo mejor de sí a sus hijos. Porque aliviar el estrés con las lágrimas es sano. Porque quien se permite llorar entiende que los sentimientos y las emociones deben expresarse.
  • Algo así nos ayuda a ser mucho más hábiles con nuestros hijos, más empáticas, más cercanas y sabias.

No lo dudes, si así lo necesitas, llora. El sol lucirá después con mayor intensidad.

 


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.