La falta de estímulos en el bebé puede causar retrasos en su desarrollo

La falta de estímulos esconde un déficit más preocupante, el de amor. No existe terapia más estimulante que la de hablar, acompañar, acariciar y, en conjunto, ayudar a crecer afectiva, emocional y físicamente a tu hijo.
La falta de estímulos en el bebé puede causar retrasos en su desarrollo
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 26 marzo, 2024

No todos los niños son estimulados correctamente o con la frecuencia necesaria. La falta de estímulos en el bebé puede causar retrasos en su desarrollo. He aquí cómo identificar la escasa estimulación y cómo podemos solventar este problema a tiempo

Los bebés necesitan cuidado, amor y atención principalmente de sus padres y hermanitos (si los tiene). Aquellos bebés que no tienen esa fundamental interacción que los motiva y entusiasma, generalmente tienden a tener diferentes niveles y tipos de retraso en su desarrollo.

La falta de estimulación  puede ocasionar leves consecuencias en el aspecto psicológico, emocional y social, que quedarían evidenciados en diversos tipos de estancamiento durante su crecimiento. Estos se identifican en: retroceso en las habilidades intelectuales, dificultad para integrarse a la sociedad, mal manejo de las emociones o deficiente auto-control.

Las reacciones agresivas de nuestro pequeño hijo en eventuales momentos son demostraciones de algunas carencias que pudo tener en sus primeros meses de vida. Generalmente, como consecuencias de la frustración causada por la falta de atención, motivación y estimulación temprana.



¿Qué es la estimulación temprana y para qué sirve?

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“La estimulación temprana se define como un conjunto de acciones que potencializan al máximo las habilidades físicas, mentales y psicosociales del niño, mediante la estimulación repetitiva, continua y sistematizada” Dr. Alejandro Medina Salas

La estimulación es una herramienta que todas las mamás debemos aprender a desarrollar durante el crecimiento de nuestro hijo. Sirve para solidificar la personalidad, autoestima e integración social.

Es imperativo que los niños sean muy bien estimulados desde el vientre materno hasta los 7 años de edad. Esto es debido a que en ese periodo de tiempo su cerebro es muy moldeable.

El amor es el principal estímulo positivo de un bebé, su carencia puede repercutir negativamente en su integración con la sociedad y favorecer el déficit de atención. Al respecto, es relevante comprender, como lo plantea esta importante Guía práctica para padres que:

“el amor no siempre surge de repente, sino que se va construyendo día a día, en la tarea de crianza y cuidado del niño”.

Beneficios de la estimulación temprana

La estimulación del niño lo ayudará en las actividades escolares, por ejemplo, a sostener las crayolas y a pintar, a cortar y a desgarrar papel. El objetivo es desarrollar y potenciar las funciones cerebrales, intelectuales, afectivas y físicas.

El juego y la repetición son fundamentales, incluso desde la etapa prenatal. Con las técnicas de estimulación se busca reforzar los siguientes aspectos:

  • La motricidad gruesa, para que el niño adquiera control de sus músculos y cooordine mejor sus movimientos.
  • La motricidad fina, la cual permite al bebé mover sus manos y sus pies, tocando, palpando y chupando objetos. Después, con las destrezas adquiridas, podrá abrir o cerrar cosas, mantenerlas en sus manos y meter y sacar objetos de envases, etc.
  • El lenguaje, al fomentar los recursos expresivos. Estos, junto a la motricidad configuran e integran la cognición. El lenguaje básico de un bebé es el llanto acompañado de movimientos. En efecto, cuando la madre le habla, el bebé se calma y las caricias lo conducen a la sonrisa. Pronto imitará sonidos con balbuceos.

Asimismo, la estimulación trabaja la independencia del niño en la cotidianidad en actividades como alimentarse y vestirse. En esto la familia tiene un papel primordial, ya que resulta “el contexto más deseable de crianza y educación de niños y niñas y de adolescentes, ya que es quien mejor puede promover su desarrollo personal, social e intelectual y, además, el que habitualmente puede protegerlos mejor de diversas situaciones de riesgo”

En cuanto a lo social, la estimulación lo hace participar del entorno, de manera más activa y consciente.

¿Cómo identificar la falta de estímulos en el bebé?

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Las madres conocemos de forma instintiva a nuestros bebés, pero a veces no nos damos cuenta de ciertos aspectos que tal vez no marchan con absoluta normalidad. Algunas formas de reconocer si nuestro bebé tiene falta de estímulos son las que se mencionan a continuación:

  • Proceso lento de motricidad gruesa.
  • Deficiente manejo de la motricidad fina para su edad.
  • Dificultades para sobrellevar actividades básicas como el gateo.
  • Timidez extrema.
  • Problemas de lenguaje o lentitud para comenzar a hablar.
  • Baja autoestima (la utilización frecuente de palabras tales como: no puedo, es que yo no sé, etc.).
  • Poca relación interpersonal.


Qué hacer ante la falta de estímulos en el bebé

Una vez hemos detectado alguna conducta de nuestro pequeñito que nos indique que existe una falta de estímulos y dependiendo de su nivel o complejidad, podemos realizar algunas acciones. Para hacer en casa y/o combinándolas con herramientas que nos suministre un profesional en el área según el hallazgo.

  • En cada etapa del crecimiento de nuestro bebé es posible aplicar estímulos o actividades que puedan desarrollar según su edad, tales como: bailar, cantar canciones infantiles y jugar a las escondidas.
  • Los abrazos, besos, tocar sus manitas, masajear, sonreír y hablar son estimulantes que representan amor, paciencia y serenidad. Estas herramientas te servirán para fortalecer el vínculo que tienes con tu bebé.
  • El estado anímico de tu bebé puede cambiar tan solo sentir que no posee suficiente atención. Bajo ninguna circunstancia se educa ignorando, la ayuda la podemos brindar especificando, repitiendo y demostrando.
  • La forma más fácil de cambiar el estado anímico de nuestro hijo es abrazándolo y teniendo un acercamiento prolongado. Mientras más tiempo quiera quedarse acurrucado en tus brazos los resultados serán más positivos y satisfactorios.
  • La ayuda profesional es una excelente opción para casos más complejos que podrán ayudar a nuestros hijos en áreas psicomotora, cognitiva y emocional.
  • Las terapias de grupos permiten la socialización con otros pequeños con las mismas dificultades. En estas se integran música, formas, colores y ejercicios específicos para el aprendizaje que pueden aplicarse posteriormente en casa.

Los estímulos garantizan el desarrollo cerebral del bebé

La estimulación motriz temprana lo ayudará a reconocer su cuerpo, tocando, palpando y chupando objetos. Así como también, adquirirá fuerza y equilibrio, que lo prepararán para levantarse, gatear y andar.

El bebé será capaz de percibir su entorno y le encantará interactuar. Sonreirá y llorará según los estímulos que reciba y en muy poco tiempo, se establecerá una comunicación estrecha, íntima y fluida. “En la medida que vayas hablándole y calmándolo con tus caricias podrá sonreír y, mientras más le hablen de forma directa y pausada, querrá imitar sonidos mediante balbuceos”.

Desde que un bebé nace tiene pues, la necesidad de conocer y descubrir el mundo que lo rodea. Apoyarlo durante esta etapa con una buena estimulación  (llena de mucho amor) tendrá un retorno positivo en muchos aspectos de su vida y del circulo de personas que lo rodea.


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