Enseñar a los niños a perder

¡Todos hemos experimentado el agrio sabor de la derrota! Lejos de ser considerado un motivo de tristeza, se debe incentivar a los niños a ver estas situaciones como una fuerza motivadora.
Enseñar a los niños a perder
María Alejandra Castro Arbeláez

Revisado y aprobado por la psicóloga María Alejandra Castro Arbeláez.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 23 marzo, 2021

No siempre se gana en todo, pero a todos nos gusta ganar; enseñar a los niños a perder garantiza adultos equilibrados. Desde los más grandes hasta los más pequeños, somos personas competitivas. Pero un resultado adverso es algo a lo que debemos comenzar a acostumbrarnos, sin excepción.


Además de los adultos, también son muchos los niños que no han sabido manejar la derrota de la manera deseada. Algunos patean, gritan, renuncian y caen en las comunes rabietas, como producto de la molestia causada por un revés.

No obstante, aunque muchas veces es difícil evitar la derrota, es preciso reconocer que el aprendizaje comienza a desarrollarse paulatinamente desde la niñez. En este particular, a los niños se les enseña que ganar y perder pueden tener recompensas.

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De todo se puede obtener beneficios dependiendo de la perspectiva con la que se mire. Pero los niños no pueden aprender la lección por sí mismos, pues requieren que los padres los guíen en el camino.

Es sabido que a muchos padres quizás se nos dificulte instruir a los hijos para que aprendan a perder, en parte porque a nosotros mismos nos cuesta hacerlo. Pero, una instrucción adecuada parte de las experiencias y a veces de los buenos consejos.

A continuación, juntos vamos a entender estos sabios consejos que, sin duda, nos ayudarán a superar una situación de derrota.

Consejos para enseñar a los niños a perder

  • Hablar sobre la derrota: es indispensable que desde muy pequeño se les inculque que perder nunca puede ser tan malo y se les explique los beneficios que también puede traer el fracaso.
  • Dejar que exprese su frustración: es imprescindible que los niños afronten sus sentimientos en el momento de la derrota. Que nuestros hijos aprenderán a canalizar sus sentimientos de la mejor manera posible, es un gran logro.
  • Educarlos con ejemplos: los padres son el patrón a seguir para sus hijos, pues son los que pasan el mayor tiempo con ellos. Se invita a los padres y grupo familiar a que respeten a los perdedores, a fin de evitar que se creen comportamientos negativos en los niños.
  • Motivarlos a continuar: no es recomendable que los niños crean que el simple hecho de perder una vez podría representar el final del camino. Por tal razón, se recomienda explicarles que nunca deben rendirse ante las adversidades y que solo es una oportunidad de mejora.
  • Enseñarlos a divertirse: es de suma importancia que los niños aprendan a valorar el recorrido. Un niño que puede trazarse un objetivo, tiene múltiples opciones de diversión mientras lo cumple.
  • Siempre animarlos, independientemente de los resultados: para los niños es importante sentirse amados y respetados aun cuando pierdan en alguna actividad que hayan realizado.

¿Qué beneficios resultan del aprendizaje de los niños?

Que los niños aprendan a manejar la derrota, no solo implica un logro personal sino que se extiende de manera satisfactoria a su grupo. El desarrollo individual de un niño se fortalece cada vez que este aprende a tomar decisiones y resolver conflictos.

Sin embargo, también el grupo familiar y escolar se beneficia del aprendizaje de cada individuo. En tal sentido, vamos a conocer las bondades de que los niños superen esta etapa:

  • Dejan de ser competitivos en exceso, ya que se enfocan en divertirse y en disfrutar el momento.
  • Aprenden a afrontar las adversidades y sus consecuencias, cuando comprenden que en la vida siempre se enfrentarán ante la posibilidad de ganar o perder, porque forma parte de ella.
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  • Mejora su autoestima. Al comprender que pueden ver “el vaso medio lleno” no tomarán la derrota como algo personal. Comenzarán a notar que su valor es superior a cualquier circunstancia adversa.
  • Se refuerzan sus habilidades socialessi logran centrarse más en la actividad, aprenden a compartir de la manera deseada con sus compañeros de equipo.
  • Aprenden a ser perseverantes: independientemente de enfrentarse a una posible derrota, pueden llegar a ser constantes y a seguir intentándolo hasta lograr el objetivo.

De cualquier manera, es aceptable que los niños expresen sus sentimientos negativos, de modo que puedan desahogarse y tranquilizarse.

Sin embargo, los padres debemos estar atentos ante alguna conducta destructiva y actuar lo antes posible para así evitar que se hagan repetitivas.

Es imperativo que los niños aprendan a asumir un rol positivo ante cualquier posible derrota. Pero se requiere de la colaboración de los padres para guiarlos por ese camino y enseñarles la importancia de afrontarlas.

 

 

 


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